Energía y consumo

Grupo BC09A Trimestre 16I

Funciones biológicas de los minerales

En los seres vivos existe un gran número de aniones y cationes que forman parte del conjunto de minerales del organismo y participan en un elevado número de funciones biológicas de gran importancia. Estos se encuentras unas veces libres, otras en forma de sales minerales y otras formando parte de compuestos orgánicos más o menos complejos y se pueden localizar tanto en el espacio extracelular como en el interior de células.
Pueden desempeñar funciones estructurales y metabólicas, en todos los casos son elementos exógenos al organismo, no somos capaces de bisintetizarlos y por tanto, los tenemos que obtener a partir de los alimentos.
Entendemos por minerales de la dieta aquellos que se consumen en forma de sales minerales, aunque también pueden formar parte de la materia orgánica de los alimentos.
Los elementos básicos de la materia orgánica, no se tratan aquí como es el caso del carbono, hidrogeno, oxígeno y nitrógeno.
  • Clasificación de los minerales
Se pueden clasificar atendiendo su función en:
a)    Elementos plásticos (calcio, fosforo, magnesio y azufre)
b)    Electrolitos (sodio, potasio y cloruro)
c)    Oligoelementos (hierro, yodo, cobre, cinc, magnesio, flúor, selenio, cromo, cobalto, molibdeno y estaño). [1]
Función de su contenido corporal. En el organismo se encuentran cantidades importantes y reciben el nombre de minerales mayoritarios o minoritarios e incluso existen algunos con tan poca cantidad como unos miligramos en todo el cuerpo como:
Mayoritarios:
a)    Calcio (1200 – 1500g)
b)    Fosforo (600 – 900g)
Minoritarios:
a)    Hierro (alrededor de 4 g)
b)    Cinc ( 1.4 – 2.5 g)
Poca cantidad
a)    Selenio (20 mg)
La importancia de los minerales para el organismo no está en relación con la abundancia de estos en el cuerpo, la deficiencia del selenio, por ejemplo, ocasiona importantes trastornos en los tejidos muscular y nervioso, anemia hemolítica, y otras afecciones.
  • Funciones de los minerales

1)    Son parte de estructuras del organismo. Por ejemplo nuestro esqueleto, uñas y pelos precisan minerales como el fosforo, calcio y azufre.
2)    Al igual que las vitaminas, son elementos reguladores de un elevado número de funciones. La coagulación de la sangre, la contracción muscular, etc. precisan la presencia de minerales como el calcio, magnesio y fosforo.
3)    Participan en la formación de potenciales eléctricos en las células de los tejidos, los minerales disueltos del cuerpo están ionizados, de forma que unos tienen cargas eléctricas positivas  y otras cargas negativas.
4)    Son elementos osmóticamente activos que regulan el contenido de agua en los tejidos, tanto dentro como fuera de las células. [2]
  • Minerales plásticos
Calcio (Ca): es el catión más abundante en el organismo (1200 – 1500g). La mayor parte se encuentra en el hueso (99%) formando parte de su estructura, y el resto se encuentra disuelto en los líquidos corporales. El calcio disuelto y el contenido en el hueso pueden actuar como reserva de calcio y cederlo se esté baja excesivamente en la sangre (hipocalcemia). Cuando el hueso de descalcifica puede volver a recalcificarse. Cuando disminuye el calcio en la sangre o en los líquidos de los tejidos, el hueso lo cede, pues se necesita en funciones tan importantes como la coagulación de la sangre y la contracción de los músculos, la secreción de jugos hormonales, funcionamiento del sistema nervioso, etc.
Factores que afectan su aprovechamiento:
A medida que nos hacemos mayores, nuestro intestino aprovecha menos el calcio de la dieta, por lo que debemos cuidar especialmente el tomar un aporte adecuado de calcio.
Fósforo (P): es el segundo mineral después del calcio, más abundante en el organismo (600 – 900g). Del total de este fosforo, un 85%, junto con el calcio, forma parte de la estructura mineral de los huesos. El resto está disuelto en la sangre y otros líquidos tisulares. En los tejidos, el fosforo es necesario para multitud de funciones en las que se requiere energía. Por ello si no está en cantidad suficiente no se producirá correctamente la contracción de los músculos y el cerebro y los nervios no funcionaran adecuadamente. El fosforo forma parte de la multitud de moléculas que se encuentran en las membranas de todas las células, así como de los ácidos nucleicos, como el ADN, que contienen la información genética de nuestro organismo. La regulación del fósforo en nuestro organismo está muy relacionada con la del calcio, por lo que se recomienda tomar una relación 1:1 de ambos unos 800mg de cada uno al día. El consumo excesivo del calcio y fosforo puede ocasionar en algunas personas la formación de cálculos en el riñón. [3]
Magnesio (Mg): Es considerado también un mineral mayoritario, encontrándose unos 25g en todo el cuerpo, de este total, un 60 % está en los huesos, también puede ser una reserva de magnesio. Forma parte estructural junto con el calcio y fosforo, además participa en los procesos de intercambio de estos minerales entre el hueso y otros tejidos. Participa en la contracción de los músculos, secreciones de glándulas y transmisión de los impulsos nerviosos. Además las enzimas que liberan la energía metabólica almacenada como ATP y precisan magnesio, al igual que las implicadas en el metabolismo  de otras moléculas fosforiladas ricas en energía. La falta de magnesio (hipomagnesemia) ocasiona alteraciones en la contracción muscular, decaimiento, fatiga, trastornos digestivos, etc. Un aporte diario de 200 – 500mg de este mineral es suficiente para cubrir los requerimientos.
  • Electrolitos
Sodio, potasio y cloruro son tres contribuyentes indispensables de la dieta relacionados muy estrechamente en las funciones corporales.
Sodio (Na): es un elemento mayoritario, nuestro organismo contiene alrededor de 100g, de los cuales 35 – 40% se encuentran formando parte de nuestros huesos, la principal función del sodio es la de actuar como regulador del contenido en agua en los tejidos, la transmisión de impulsos nerviosos y mantener el equilibrio acido – base en los tejidos. Para aportar la cantidad requerida por el organismo, es de 6g al día, aunque se suele ingerir más en forma de sal común (cloruro de sodio). Las causas más frecuentes de falta de sodio son la excesiva sudoración. La falta de sodio ocasiona hipotensión, debilidad y fatiga.
Potasio (K): en nuestro organismo, siendo su mayor contenido de unos 149g aproximadamente. La mayor parte se encuentra dentro de las células, constituyendo el principal catión intracelular, donde cumple la función fundamental en la regulación del contenido en agua. Además participa en la transmisión de los impulsos nerviosos, siendo uno de los principales iones que participan en la excitación de músculos y nervios. [4]
La falta de este mineral ocasiona trastornos nerviosos, musculares, con depresión y fatiga. Una de las causas de deficiencia (hipopotasemia) es su excesiva eliminación, especialmente por causa de diarreas, ya que el sudor contiene muy poco potasio.
Algunas enfermedades que causan un aumento de la acidez en la sangre ocasionan el aumento de la permeabilidad de la membrana celular al potasio, originando su salida y causando hiperpotasemia, con graves trastornos en la contracción muscular e incluso llegar a producirse la parada del corazón.
  • Oligoelementos
Hierro (Fe): es un mineral del que solo tenemos unos 4 – 5g en nuestro organismo. La mayor parte del hierro está formando parte del grupo hemo de moléculas implicadas en la respiración vía oxidativa de las células, por eso es tan importante en la hemoglobina de la sangre, la mioglobina en los músculos y las enzimas que participan en vías oxidativas como la aconitasa, citocromo oxidasa, citocromo C, etc.
Debido a su bajo porcentaje de absorción, se recomienda un aporte diario de unos 10 – 15mg al día en varones y de 10 – 18mg en mujeres. Estas cantidades se deben aumentar en situaciones de requerimientos aumentados, como en los periodos de gestación, lactación o tras sufrir una hemorragia.
El hierro se almacena en el hígado unido a proteínas como la ferritina y hemosiderina, de forma que en caso de una baja ingesta dietética, no aparecerían problemas carenciales (anemia ferropénica) hasta pasadas algunas semanas. Los principales síntomas de la anemia f. son debilidad y deterioro de la función de los tejidos. Algunas sustancias pueden estimular excesivamente la absorción del hierro como es el caso de la vitamina C y el alcohol, causando un exceso de hierro en órganos como el hígado, corazón y páncreas, produciendo lesiones como cirrosis, infartos diabetes, etc. [5]
Cinc (Zn): nuestro organismo contiene de (1.5 - 2.5g) de los cuales, el 50% está en los huesos, pero a diferencia del calcio, fósforo y magnesio, no es una reserva que puede ser utilizada directamente para otros fines en el organismo.
El resto se encuentra principalmente en los músculos, pero también en la piel, genitales, hígado, etc. es un mineral antioxidante que defiende nuestras células del daño de los radicales libres (agentes oxidantes agresivos). La falta de cinc puede ocasionar enanismo de tipo nutricional, retraso en la cicatrización, ceguera nocturna  e hipogonadismo masculino. Se recomienda tomar 15mg de cinc al día que podemos encontrar tanto en productos vegetales como animales.
Cobre (Cu): el cuerpo humano contiene entre 50 y 80mg de cobre. Los tejidos que contienen más cobre son los cabellos y el hígado, es este último se almacena unido a una proteína  llamada ceruloplasmina. El cobre es necesario para la función de numerosas enzimas de tipo oxidasa. Por ejemplo, es necesario para  la lisil- oxidasa (participa en la formación de colágeno y elastina): también para la triptófano y tirosina oxidasas (participan en la síntesis de neurotransmisores y la melanina). Otra oxidasa, la ceruloplasmina, precisa cobre y es necesaria para la movilización dl hierro almacenado en el hígado. Se necesitan unos 1.5 – 5mg al día de cobre, cantidad que aportan alimentos como hígado, pescados, mariscos, harinas integrales y leguminosas.
Azufre (S): tenemos unos 200g en el organismo. La mayor parte está relacionado con la materia orgánica, principalmente como componentes de los aminoácidos azufrados cisteína y metionina, abundante en las proteínas. El azufre en la dieta se toma fundamentalmente como aminoácidos azufrados. Las mejores fuentes de azufre serán aquellos alimentos que contengan proteínas ricas en aminoácidos azufrados como los huevos. [6]

Glosario

1. Aconitasa: La aconitasa o aconitato hidratasa es un enzima que cataliza la isomerización estereoespecífica de citrato a isocitrato a través de cis-aconitato en el ciclo de Krebs.
Real Academia Española. (Consultado /02/2016) Disponible en:  http://dle.rae.es/?id=IIYvlQ7

2. Catión: ión que tiene carga positiva y procede de un elemento electropositivo.
Real Academia Española. (Consultado /02/2016) Disponible en:  http://dle.rae.es/?id=IIYvlQ7

3. Electrolitos: es cualquier sustancia que contiene iones libres, los que se comportan como un medio conductor eléctrico.
Real Academia Española. (Consultado /02/2016) Disponible en:  http://dle.rae.es/?id=IIYvlQ7

4. Ferritina: es una proteína que se encuentra dentro de las células y que almacena hierro de manera que el cuerpo lo pueda usar posteriormente.
Real Academia Española. (Consultado /02/2016) Disponible en:  http://dle.rae.es/?id=IIYvlQ7

5. Hemosiderina: es un pigmento de color amarillo - dorado o pardo y aspecto granuloso o cristalino que deriva de la hemoglobina cuando hay más hierro del necesario en el cuerpo.
Real Academia Española. (Consultado /02/2016) Disponible en:  http://dle.rae.es/?id=IIYvlQ7

6. Minerales: sustancia natural que se diferencia del resto por su origen inorgánico, su homogeneidad, composición química preestablecida y que corrientemente ostenta una estructura de cristal.
Real Academia Española. (Consultado /02/2016) Disponible en:  http://dle.rae.es/?id=IIYvlQ7

7. Oligoelementos: son metales o metaloides que están en el cuerpo en dosis infinitesimales pero que son imprescindibles como catalizadores de las reacciones bioquímicas del organismo
Real Academia Española. (Consultado /02/2016) Disponible en:  http://dle.rae.es/?id=IIYvlQ7


Referencias



[1] Pérez, L. F., & N. S. Zamora. (2002). Minerales. Nutrición y Alimentación Humana. Departamento de Fisiología. Universidad de Murcia. 1 Edición .I.S.B.N.: 84-8371-343 -8. pp 71 – 83 (Consultado 14/02/2016). Disponible en: https://books.google.com.mx/books?id=PVCpUvirFEsC&pg=PA71&lpg=PA71&dq=Funciones+biologicas+de+los+minerales&source=bl&ots=Z3MWDp4EZ2&sig=PDznbXowuRr76esCAZ_txFtX3JY&hl=es419&sa=X&ved=0ahUKEwj1tbe1_PKAhUP32MKHfp2Aic4ChDoAQhIMAg#v=onepage&q=Funciones%20biologicas%20de%20los%20minerales&f=true
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