Se
pudiera admitir que la cantidad total de agua que existe en la Tierra, en sus
tres fases: sólida, líquida y gaseosa, se ha mantenido constante desde la
aparición de la Humanidad. El agua de la Tierra que constituye la hidrósfera se
distribuye en tres reservorios principales: Los océanos, los continentes y la
atmósfera, entre los cuales existe una circulación continúa el ciclo del agua o
ciclo hidrológico. El movimiento del agua en el ciclo hidrológico es mantenido
por la energía radiante del sol y por la fuerza de la gravedad.
El ciclo
hidrológico se define como la secuencia de fenómenos por medio de los cuales el
agua pasa de la superficie terrestre, en la fase de vapor, a la atmósfera y
regresa en sus fases líquida y sólida. La transferencia de agua desde la
superficie de la Tierra hacia la atmósfera, en forma de vapor de agua, se debe
a la evaporación directa, a la transpiración por
las plantas y animales y por sublimación (paso directo del
agua sólida a vapor de agua
La
cantidad de agua movida, dentro del ciclo hidrológico, por el fenómeno de
sublimación es insignificante en relación a las cantidades movidas por
evaporación y por transpiración, cuyo proceso conjunto se denomina evapotranspiración.
El vapor
de agua es transportado por la circulación atmosférica y se condensa luego de
haber recorrido distancias que pueden sobrepasar 1,000 km. El agua condensada
da lugar a la formación de nieblas y nubes y, posteriormente, a precipitación.
La
precipitación puede ocurrir en la fase líquida (lluvia) o en la fase
sólida (nieve o granizo). El agua precipitada en la
fase sólida se presenta con una estructura cristalina, en el caso
de la nieve, y con estructura granular, regular en capas, en el caso del
granizo
La
precipitación incluye también incluye el agua que pasa de la atmósfera a la
superficie terrestre oir cindensación del vapor de agua (rocío) o por
congelación del vapor (helada) y por intercepción de las gotas de agua de las
nieblas (nubes que tocan el suelo o el mar.
El agua
que precipita en tierra puede tener varios destinos. Una parte es devuelta
directamente a la atmósfera por evaporación; otra parte escurre por la
superficie del terreno, escorrentía superficial, que se concentra en surcos y
va a originar las líneas de agua. El agua restante se infiltra, esto es penetra
en el interior del suelo; esta agua infiltrada puede volver a la atmósfera por
evapotranspiración o profundizarse hasta alcanzar las capas freáticas.
Tanto el
escurrimiento superficial como el subterráneo van a alimentar los cursos de
agua que desaguan en lagos y en océanos.
La
escorrentía superficial se presenta siempre que hay precipitación y termina
poco después de haber terminado la precipitación. Por otro lado, el
escurrimiento subterráneo, especialmente cuando se da a través de medios
porosos, ocurre con gran lentitud y sigue alimentando los cursos de agua mucho
después de haber terminado la precipitación que le dio origen.
Así, los
cursos de agua alimentados por capas freáticas presentan unos caudales más
regulares.
Como se
dijo arriba, los procesos del ciclo hidrológico recurren en la atmósfera y en
la superficie terrestre por lo que se puede admitir dividir el ciclo del agua
en dos ramas: aérea y terrestre.
El agua
que precipita sobre los suelos va a repartirse, a su vez, en tres grupos: una
que es devuelta a la atmósfera por evapotranspiración y dos que producen
escurrimiento superficial y subterráneo. Esta división está condicionada por
varios factores, unos de orden climático y otros dependientes de las características
físicas del lugar donde ocurre la precipitación.
Así, la
precipitación, al encontrar una zona impermeable, origina escurrimiento
superficial y la evaporación directa del agua que se acumula y queda en la
superficie. Si ocurre en un suelo permeable, poco espeso y localizado sobre una
formación geológica impermeable, se produce entonces escurrimiento superficial,
evaporación del agua que permanece en la superficie y aún evapotranspiración
del agua que fue retenida por la cubierta vegetal. En ambos casos, no hay
escurrimiento subterráneo; este ocurre en el caso de una formación geológica
subyacente permeable y espesa.
La
energía solar es la fuente de energía térmica necesaria para el paso del agua
desde las fases líquida y sólida a la fase de vapor, y también es el origen de
las circulaciones atmosféricas que transportan el vapor de agua y mueven las
nubes.
https://www.dropbox.com/sh/256kthzmazc0ff3/AAAT_k01h3fK7vy1Ms1GUbDla/Presentaciones%20de%20PowerPoint/Tema%2016.pptx?dl=0
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